Ikigai (razón de ser)



En el contexto de los cambios que está viviendo el mundo (como efecto de la pandemia del Covid-19) y cómo se nos invita a replantear nuestra forma de relacionarnos con las demás personas y el entorno; quisiera compartir una herramienta poderosa para declaración de propósitos de vida llamada Ikigai.

Hace algunos años tuve la posibilidad de aprenderla y aplicarla de forma práctica junto a otros coaches, terapeutas y profesionales independientes. Mi principal conclusión de aquella experiencia tiene que ver con una fuerte convicción que una vida con propósito nos hace conscientes y protagonistas de nuestra propia historia, sembrando esperanzas sobre el futuro; lo cual no tiene que ver necesariamente con que las cosas que hagamos saldrán bien, sino con que éstas tengan sentido para nosotros. ¡Eso es suficiente!. Por lo tanto las hacemos, aunque no sepamos el resultado.

Tal como lo expresaba Viktor Frankl: “El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete con el cumplimiento del sentido de su vida”. En resumen, se trata de una actitud al servicio de una causa superior, más que una simple aspiración de logros o resultados.

Pues bien, ¿qué es el Ikigai?. Su origen se vincula con la historia de un pequeño poblado de Japón que se llama Ogimi (archipiélago de Okinawa), el cual se caracteriza por poseer el mayor índice de longevidad del mundo. También conocida como la "aldea de los centenarios".

Sus habitantes han desarrollado altísimos niveles de calidad de vida, organizándose en comunidades vecinales y cultivando la tierra (por lo que mantienen una alimentación muy saludable). Allí destaca su espíritu de colaboración mutua, lo que ellos llaman "yui-maru".

A su vez dedican mucho tiempo para la recreación y desarrollo de sus tradiciones, lo que expande su cultura y sentido de pertenencia.

El Ikigai (生き甲斐) significa "razón de ser" y está inspirado en los principios subyacentes de una vida plena y saludable, la cual equilibra cuatro áreas de desarrollo humano:
  • Lo que amas o te apasiona (1)
  • Para lo que eres bueno (2)
  • Por lo que te pagan (3)
  • Lo que el mundo necesita (4)
A partir de lo anterior, se pueden establecer otras cuatro combinaciones más (que para efectos prácticos llamaré "motivadores"):
  • Misión: (1)+(4)
  • Vocación: (3)+(4)
  • Profesión: (2)+(3)
  • Pasión: (1)+(2)
Finalmente, los elementos comunes de cada motivador constituyen el Ikigai (que sería el propósito de vida).

¿Cómo llevarlo a la práctica?: Sigue estas indicaciones:
  1. En una hoja de papel grande, describe o ilustra (utilizando la imagen de referencia con los círculos) cada una de las cuatro áreas: lo que amas, para lo que eres bueno, por lo que te pagan, lo que el mundo necesita.
  2. Haz una lluvia de ideas para cada área; enumerando actividades, tareas o acciones que aplican (si prefieres hacer un dibujo, enuméralos dentro de los círculos). En esta etapa es importante describir el beneficio oculto (un "para qué") de cada elemento del listado. Por ejemplo: si "dibujar" forma parte de "lo que amas o te apasiona", el beneficio oculto podría ser "expandir la creatividad". Para que una lluvia de ideas sea efectiva, se recomienda evitar hacer juicios de valor sobre cada elemento. ¡Sólo hay que enumerar!.
  3. Identifica los elementos que coinciden en cada una de las cuatro áreas: subráyalas o destácalas.
  4. Identifica los elementos que coinciden en cada uno de los cuatro motivadores (misión, vocación, pasión y profesión): subráyalas o destácalas. Por ejemplo: si "dibujar" forma parte de "lo que amas o te apasiona" y además de "para lo que eres bueno"; corresponde clasificarlo en el motivador "pasión".
  5. A partir de esto, realiza una declaración para cada motivador (misión, vocación, profesión, pasión) y una para el propósito (Ikigai). Utiliza como referencia la descripción del beneficio oculto de los elementos que destacaste anteriormente.
Aquí un ejemplo de mi declaración personal, tanto de los motivadores como el propósito (Ikigai):
  • Pasión: "Buscar soluciones innovadoras y transformadoras para propósitos trascendentes"
  • Misión: "Desarrollar una vida de bienestar y plenitud, en equilibrio con el entorno"
  • Profesión: "Realizar actividades de creación, formación y comunicación de valor”
  • Vocación: "Enfrentar con flexibilidad, autonomía, resiliencia y rectitud las decisiones y oportunidades"
Ikigai: "Sembrar y cosechar vínculos sostenibles, en sintonía con valores, haceres y ser"
¡Seguimos comunicados!.

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